4/2/17

El síndrome geriátrico, la fragilidad de la salud

El síndrome geriátrico, la fragilidad de la salud

El adulto mayor y el resultado de su estilo de vida en años previos. Con cambios hacia una mejor calidad de vida se pueden contrarrestar los síntomas a largo plazo

diariocorreo.pe

¿Cómo se imagina que será la vida al llegar en la tercera edad? Y si ya está en esa etapa, ¿la disfruta? El envejecimiento saludable consiste en los cambios y adopción de algunas medidas para vivir con calidad y contrarrestar los síndromes geriátricos.

El síndrome geriátrico se refiere a un conjunto de condiciones de salud propias del paciente anciano, que suponen la acumulación de deterioros y pueden afectar a uno o múltiples sistemas del organismo. Según Carlos Cano Gutiérrez, médico geriatra de TENA y director del Instituto de Envejecimiento Pontificia Universidad Javeriana (Colombia), la pérdida de memoria, el trastorno de la marcha y la incontinencia (urinaria y fecal) son los tres tipos de síndromes geriátricos más frecuentes en el adulto mayor.

CAUSAS. Con respecto a los antecedentes del síndrome geriátrico, Cano Gutiérrez asegura que el problema remonta a una juventud muy descuidada. La salud del adulto mayor es el resultado del estilo de vida que tuvo en años previos; si nunca realizó actividad física, su nutrición fue deficiente, y tuvo hábitos nocivos como tabaquismo, o uso de otro tipo de drogas, todo va a influir en una mala vejez con limitaciones”, comenta.

EL FACTOR EMOCIONAL. Pero los síndromes geriátricos no solo son físicos, las alteraciones en el ánimo es otro elemento fundamental que puede modificar el desenlace o desarrollo de los síndromes geriátricos. Por esta razón, se necesita detectarlos a tiempo para tratarlos. “También está el trastorno de ánimo, que tiene que ver con los problemas psiquiátricos, trastorno del sueño, trastorno de conducta y el comportamiento”, agrega el especialista.

A TENER EN CUENTA. Las características del síndrome geriátrico pueden aparecer en cualquier edad, pero es más recurrente en el adulto mayor. Asimismo, hay enfermedades que no se deben confundir con este mal. “Hay afecciones, como la demencia, donde la aparición temprana tiene que ver con situaciones más genéticas que se excluyen de lo comentado”, explica.

LA PREVENCIÓN. Para prevenir este problema de salud, saber cómo identificar los malos estilos de vida es la clave. “Por ejemplo, se nos olvida dormir adecuadamente. A veces, por una situación laboral muy complicada, el sueño no se lleva a cabo de la mejor forma y las consecuencias se tornan graves a largo plazo”, acota.

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